El glaucoma es una enfermedad que se caracteriza por un aumento patológico de la presión intraocular (PIO) por encima de los valores normales, que conlleva en forma directa a la producción de un daño de la cabeza del nervio óptico (papila) y este a su vez conlleva a una pérdida característica del campo visual como consecuencia de la perdida de fibras ganglionares.
La definición actual de la Academia Americana de Oftalmología define al glaucoma como una neuropatía óptica multifactorial progresiva. Es decir, como una afección del nervio óptico, producida por múltiples factores, entre ellos, la presión intraocular. Esto se debe en general al estudio deficiente la PIO por parte de esta escuela.
El glaucoma es una enfermedad silente, pues la PIO puede llegar a valores muy elevados sin que el paciente sienta síntomas importantes. Algunos de ellos pueden ser visión de halos de colores alrededor de las luces, cefaleas, cansancio en la fijación, y cambio continuo de anteojos.
Cuando no se detecta este aumento crónico de la PIO, el mismo comienza a afectar a la cabeza del nervio óptico, que muestra un aumento de la excavación de tipo patológico, debido a la pérdida de fibras ganglionares. Si la PIO no se reduce para entonces, cuando el daño del nervio ya es muy importante, comienza a manifestarse con la presencia de escotomas en el campo visual del ojo afectado. Este déficit visual no es percibido por el paciente al principio, quien sí lo detecta cuando la enfermedad está muy avanzada.
Además, los defectos suelen ser paracentrales o periféricos, no afectando casi nunca el centro de la visión, por lo cual no son sintomáticos hasta que son muy extensos.
La pérdida de fibras y de función visual no es recuperable en glaucoma. En el mejor de los casos la pérdida puede ser detenida en el momento del diagnóstico, pero no recuperada. Es por esto que un diagnostico precoz hace una diferencia abismal para la calidad de vida del paciente afectado por glaucoma.
Aproximadamente, el 2 % de la población sufre la enfermedad, que en su forma primaria de ángulo abierto tiene mayor incidencia luego de los cincuenta y dos años. Sin embargo, hay actualmente cerca de siete millones de ciegos por glaucoma en el mundo. Y de los afectas, la mitad no sabe que padece la enfermedad. Asimismo, se calcula que para el año 2020, el número de ciegos en el mundo aumentará un setenta por ciento. Una clara señal del bajo impacto que tienen las actuales campañas de detección de enfermedades previsibles.
Una toma de PIO en el médico oftalmólogo, puede hacer a un diagnóstico precoz, convirtiéndose éste, en la mejor herramienta para el profesional y para el paciente. La no realización de este examen en la rutina, es un peligro muy importante. La tonometría es parte del examen oftalmológico básico que debe realizar el especialista a sus pacientes en todas las consultas.